La maldición
El hombre malvado, babeante, repulsivo y maloliente arrebató las últimas monedas de la anciana hechicera y salió corriendo.
Pero ella, mientras se levantaba con esfuerzo del suelo, alcanzó a extender la mano, hizo una señal con los dedos y lo maldijo:
— ¡Ojalá te enamores!
Microcuento de Graciela Pérez Aguilar.
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