miércoles, 7 de septiembre de 2011

La maldición


El hombre malvado, babeante, repulsivo y maloliente arrebató las últimas monedas de la anciana hechicera y salió corriendo.

Pero ella, mientras se levantaba con esfuerzo del suelo, alcanzó a extender la mano, hizo una señal con los dedos y lo maldijo:
— ¡Ojalá te enamores!

Microcuento de Graciela Pérez Aguilar.

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